Científicos del Centro de Oncología Molecular y Traslacional (COMTra) de la Universidad Nacional de Quilmes, junto con la Universidad Nacional del Litoral, descubrieron que una formulación basada en extracto de yerba mate ayuda a la cicatrización de heridas. “Creemos que la mayor potencialidad de este desarrollo se vincula con la recuperación tras cirugías complejas, como las oncológicas, sobre todo en pacientes con cáncer avanzado que tienen un estado nutricional comprometido”, explica Daniel Alonso, codirector del estudio y director de la Unidad de Oncología Traslacional del COMTra, a la Agencia de Noticias Científicas. La fórmula fue probada en animales y el siguiente paso es realizar los ensayos clínicos para confirmar su eficacia y la cantidad de dosis.
Las heridas crónicas están asociadas a múltiples condiciones y patologías, como el cáncer y la malnutrición. Esta última puede estar vinculada al avance de la enfermedad oncológica o como resultado de las distintas terapias para hacerle frente. En ese marco, según detalla a la Agencia el coautor del estudio Juan Garona, las heridas crónicas son muy difíciles de manejar en la clínica y cada vez son más prevalentes en pacientes. “En este escenario, nuestro grupo de investigación apuntó a desarrollar un soporte nutricional basado en yerba mate para mejorar el desenlace clínico de los pacientes y prevenir complicaciones”, define el investigador de la UNQ y del Conicet.
Así, el equipo científico realizó una formulación a base de yerba mate, que combina un extracto natural rico en polifenoles (compuestos químicos que se encuentran en las plantas y poseen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias) con una mezcla de aminoácidos y vitaminas. Este tratamiento se administró a ratas desnutridas y normonutridas a las que se les realizaron heridas por escisión.
“El estudio mostró que el consumo de esta formulación acelera el cierre de las heridas de una manera significativa en comparación con los animales control. La administración de dosis se hizo con relevancia traslacional, es decir que imitamos las cantidades que se utilizarían en la clínica humana”, expresa Garona, director de la Unidad de Investigación Biomédica en Cáncer del Hospital El Cruce. Los animales control son aquellos que no consumieron el suplemento de yerba mate, sino solamente agua.
Además, se evidenció que tomar este suplemento presenta beneficios frente a la inflamación. A su vez, favorece la angiogénesis, es decir, la formación de nuevos vasos sanguíneos, en el tejido cicatrizal. Así, “podría ser considerado un nutracéutico de interés para manejar heridas complejas”, manifiesta.
Quimiopreventiva y antitumoral
Hernán Farina, codirector del estudio y miembro integrante del COMTra, cuenta a la Agencia: “La Universidad tiene participación accionaria en la empresa Nutri+D, impulsada por el exministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, que tiene como objetivo formular extractos enriquecidos de la yerba mate”. Y continúa: “El trabajo recientemente publicado muestra que una de sus formulaciones tiene poder de cicatrización al combinar una tríada de aminoácidos, vitaminas y minerales. En su conjunto, favorecen la síntesis de colágeno, la función inmune y la reparación tisular”.
No es la primera vez que la UNQ pone el ojo con la Ilex paraguariensis –nombre científico de la planta sudamericana–. A través de un proyecto de investigación sobre fitomedicina que dirige Farina, el COMTra halló en modelos preclínicos que la yerba mate tiene propiedades quimiopreventivas y antitumorales en cáncer de colon y de mama, los más preponderantes del país. También, corroboraron en un modelo de carcinogénesis (proceso por el cual células normales se transforman en cancerosas) que la planta no induce cáncer como se había postulado tiempo atrás.
Mientras derriban mitos sobre la supuesta relación entre la yerba mate y el desarrollo del cáncer, los investigadores del COMTra echan luz sobre las propiedades que tiene esta planta. Una planta que no sólo no genera la enfermedad, sino que ayuda a que no se expanda.