Esta medida busca ordenar el tránsito, fortalecer la seguridad y contribuir al cuidado del medioambiente.
Dado que los vehículos secuestrados ya superaron los plazos de custodia, se dio inicio a la fase de descontaminación, en la que se efectúa la quita de los líquidos peligrosos y componentes contaminantes, como baterías o equipos de gas. Una vez finalizado este proceso, se procede a la reducción de volumen.
Hasta el momento, se destruyeron un total de 134 automóviles, 247 motos y 150 piezas de chatarra.