Un año más, recordamos el paso a la inmortalidad de Juan Domingo Perón. Lo venimos haciendo con compañeros de militancia y vecinos, cuando nos reunimos en su monumento en Sarandí. Siempre es un motivo de encuentro; los más grandes recordamos anécdotas de “aquellos tiempos con Perón”, los que vivimos y los que leímos.
En este momento convulsionado, donde la vida política a nivel mundial semeja una calesita en su peor versión, vemos como los poderosos de siempre, manejan con sus hilos el destino de millones de personas. En Argentina no somos la excepción. Hago hincapié en la violencia verbal, la que nos quieren inculcar como si el insulto fuera un aporte valioso para la vida cotidiana. ¿Desde cuándo se insulta de esta forma? ¿Cómo soportar que un legislador cualquiera proponga bala o colgar gente en la plaza? Y seguimos andando como si nada. Con una justicia que sigue andando… como si nada.
Los años han pasado y las tecnologías aceleraron los modos. Hay una democratización que debería ser una herramienta positiva lamentablemente, muchos sectores la usan para el maltrato. En otros tiempos éramos adversarios políticos, ahora se quiere imponer la idea de que el que piensa distinto es el enemigo. Así no podremos llegar a nada. La política como pensaba Perón es el arte del diálogo, una herramienta para que se pueda desarrollar la justicia social, la grandeza de la nación y con ello será posible la felicidad del pueblo, la política debe estar al servicio del pueblo con un estado que genere producción nacional para que, a través del trabajo, se logre el bienestar buscando que entre todas las clases sociales haya la armonía que todo país debe disfrutar.
“Está en nuestro ánimo la absoluta conciencia del momento trascendental que vivimos. Si la Historia de la humanidad es una limitada serie de instantes decisivos, no cabe duda de que, gran parte de lo que en el futuro se decida a ser, dependerá de los hechos que estamos presenciando. No puede existir a este respecto divorcio alguno entre el pensamiento y la acción, mientras la sociedad y el hombre se enfrentan con la crisis de valores más profunda acaso de cuantas su evolución ha registrado.” (J.D.P)
Es por ello que los gobiernos justicialistas impulsaron con la presencia del Estado la producción nacional, el trabajo genuino, la industrialización, la sindicalización, siempre ampliando los derechos políticos, laborales, sociales, culturales, educación, deportes, recreación y el derecho a la salud, acompañado con planes de viviendas, a la ancianidad y niñez protegidas para todo el pueblo. La integración de la mujer en la vida laboral y social que llevó a lograr del voto femenino que impulsaron junto a su compañera Evita.
Podríamos escribir una infinidad de hojas para mostrar parte de la Doctrina, la mirada justicialista, sin embargo, elijo ir cerrando con un fragmento que hace 51 años atrás adelantaba Perón, quien para mí ha sido uno de los hombres más importantes de nuestra historia, una estratega que nos legó su ideario:
“Creo que ha llegado la hora en que todos los pueblos y gobiernos del mundo cobren conciencia de la marcha suicida que la humanidad ha emprendido a través de la contaminación del medio ambiente y la biosfera, la dilapidación de recursos naturales, el crecimiento sin freno de la población y la sobreestimación de la tecnología y de la necesidad de revertir de inmediato la dirección de esta marcha, mediante una acción mancomunada internacional”. “Se despilfarra mediante la producción de bienes innecesarios o superfluos y, entre éstos, a los que deberían ser de consumo duradero, con toda intención se les asigna corta vida porque la renovación produce utilidades”. “…, en cambio, todavía ni siquiera existe un conocimiento mundialmente difundido acerca del problema planteado por el despilfarro de agua dulce, tanto para el consumo humano como para la agricultura. La liquidación de aguas profundas ya ha convertido en desiertos extensas zonas otrora fértiles del globo, y los ríos han pasado a ser gigantescos desagües cloacales más que fuentes de agua potable o vías de comunicación” (Modelo Argentino para el Proyecto Nacional J.D.P)
“Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que es para mí la palabra del pueblo argentino”" Domingo Perón, específicamente de su último discurso en Plaza de Mayo, el 12 de junio de 1974.
Muchas gracias por leer esta opinión
*Ex secretario de Cultura de Avellaneda